Mi primer recuerdo con la
tartamudez es en la escuela cuando tenía alrededor de 5 años, estando de pie delante de la clase luchando
por decir algo y todos los niños riéndose
de mí.
Mi tartamudez me
retuvo de tantas formas, eso dictaba a quien le hablaba, lo que decía y la carrera
que escogía. Como golfista junior perdí torneos por temor a tener que hacer un
discurso de victoria.
La lista de elecciones
que hacía por mi tartamudez sigue y sigue,
pero yo luchaba lo mejor que podía.
Tuve la suerte
de tener miembros de mi familia, compañeros de escuela y amigos de la
universidad que hablaban por mí.
Asistí a terapia del habla cuando era niña y luego a muchos
cursos intensivos como adulto. Me habían defraudado en tantas terapias que
cuando entre a mi primer curso McGuire tenía mucho escepticismo.
Me quedé
sorprendida por los resultados y me
sentía como una persona nueva.
Trabaje muy duro,
pero luego lo descuide y recaí. Lo bueno
del programa es que usted tiene una
membresía de por vida, así que regresé a otro curso, trabajé duro y esta vez le saque el máximo provecho a la red de apoyo.
El enfoque
holístico, la red de apoyo y el hecho de que todos los implicados en el
programa son personas con tartamudez, hace de este programa único.
María McGrath
Santa Barbara, US