miércoles, 8 de julio de 2015

Testimonio Diana Zepeda

Comencé a tartamudear desde que era muy pequeña, mi tartamudez era encubierta, nunca hablaba con nadie del tema, incluso mi familia pensaba que solo era una persona que se “trababa” pero no sabían el miedo con el que vivía todos los días,  todo el tiempo trataba de esconderla usando trucos, muletillas y sustitución de palabras … nunca fui a ninguna terapia de lenguaje ni hice nada al respecto, porque hablar del tema y enfrentar mi tartamudez era algo que no me atrevía a hacer, me daba miedo intentar algo y que al final no resultara … Pensaba que cuando creciera “mágicamente” iba a desaparecer… pero claro, no fue así, siempre pensaba en situaciones a futuro, no podía imaginarme en alguna entrevista de trabajo, o hablando en público, también, el conocer a alguien nuevo y no ser lo suficientemente buena escondiéndolo, “¿Qué van a pensar? “, de verdad era algo frustrante, situaciones “simples y cotidianas” para todas las personas que no tartamudean, para mi eran retos y miedos diarios, como contestar el teléfono, ir a algún restaurante y prácticamente cualquier situación que implicara hablar, exponer en clases era algo que me causaba pavor, siempre lo evitaba, y cuando de plano me tenía que enfrentar a ello, lo hacía rápido y me ponía audífonos para evitar escuchar mi voz y mi tartamudeo… Hasta que un día, decidí enfrentarlo, busqué en internet y entre muchísimos artículos que dicen “No se conoce la cura de la tartamudez” , encontré el programa Mcguire, pensé “esto es justamente lo que yo estaba buscando”, llamé al director regional y platicar con el fue el inicio de mi experiencia; por fin hablaba con alguien que entendía todo los miedos con los que yo vivía… en mayo del 2015 asistí a un curso intensivo del programa McGuire, nunca lo olvidaré,  fueron tres días en los que conocí personas que me entendían, y que me ayudaron a lo que siempre había querido en toda mi vida; ser una persona que pudiera expresarse libremente, fueron tres días de muchísimo esfuerzo y de romper con el miedo que me acompañaba todos los días, lo que sentí al final del curso intensivo es algo que no pudiera poner en palabras, por fin podía decir exactamente lo que yo quería decir, no lo que “podía” decir. Ahora soy una persona que no evita situaciones, al contrario, usando las técnicas aprendidas, me gusta ponerme retos y pensar “esto jamás lo hubiera logrado” ,disfruto hablar del tema y  de decir que soy una persona que tartamudea que está trabajando en su habla, y se que ahora no tengo ningún límite para lograr mis sueños ni para ser feliz.


Diana Zepeda
Sinaloa,México

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