"Yo era el rudo; pensaba: si las personas me tienen miedo, no se reirán de mí."
Crecer con una tartamudez grave fue difícil
para mí, ya que esto me afecto en casi todos los ámbitos de mi vida.
Mientras crecía, solía tener problemas por mi mal comportamiento en la
escuela; este comportamiento lo usaba
para desviar la atención de mi tartamudez. Primero yo era el rudo; pensaba “si
las personas me tienen miedo, no se reirán de mí.”
Después, me convertí en el payaso de la clase; en aquel entonces
pensaba, “si se ríen conmigo, no se reirán de mí.”
Más tarde, los aspectos personales y
profesionales de mi vida se vieron
afectados.
Mi vida sentimental estaba estropeada, a la vez que ganaba un camino en un programa de becas de prestigio
dentro de los gobiernos locales, pero conseguir buenas relaciones era difícil por mi ansiedad y mi habla.
Asistí a mi primer curso en Washington DC.
La experiencia fue nada menos que un cambio total de vida, no solo por el
material y la técnica que aprendí en el curso, sino también porque por primera vez en mi vida había encontrado un
grupo de personas diversas y dinámicas que tartamudeaban.
Al final del curso, yo sabía que todo era
posible.
Al regresar a casa, mi familia, amigos y
compañeros de trabajo estaban encantados de ver mi avance. Pronto me uní a un
club de Toastmasters locales, algo que nunca habría considerado antes del
curso. Me encontré ganando concursos de oratoria en numerosos niveles de
competencia.
El siguiente año, fui elegido presidente del club. Recientemente
he sido invitado a hablar en numerosos eventos e instituciones fuera de
Toastmaster y he sido elegido para puestos de liderazgo dentro de varias
organizaciones comunitarias. Tengo una vida equilibrada y continuo desafiándome a mí mismo, mientras me convierto
en la persona que siempre quise ser.
Texas,USA
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