lunes, 22 de junio de 2015

Testimonio Mario Salinas

"Yo era el rudo; pensaba: si las personas me tienen miedo, no se reirán de mí."

Crecer con una tartamudez grave fue difícil para mí, ya que esto me afecto en casi todos los ámbitos  de mi vida.


Mientras crecía, solía tener  problemas por mi mal comportamiento en la escuela;  este comportamiento lo usaba para desviar la atención de mi tartamudez. Primero yo era el rudo; pensaba “si las personas me tienen miedo, no se reirán de mí.”

Después, me convertí en  el payaso de la clase; en aquel entonces pensaba, “si se ríen conmigo, no se reirán de mí.”
Más tarde, los aspectos personales y profesionales  de mi vida se vieron afectados.

Mi vida sentimental estaba estropeada, a  la vez que ganaba un  camino en un programa de becas de prestigio dentro de los gobiernos locales, pero conseguir buenas relaciones era difícil  por mi ansiedad y mi habla.

Asistí a mi primer curso en Washington DC. La experiencia fue nada menos que un cambio total de vida, no solo por el material y la técnica que aprendí en el curso, sino también porque por  primera vez en mi vida había encontrado un grupo de personas diversas y dinámicas que tartamudeaban.
Al final del curso, yo sabía que todo era posible.

Al regresar a casa, mi familia, amigos y compañeros de trabajo estaban encantados de ver mi avance. Pronto me uní a un club de Toastmasters locales, algo que nunca habría considerado antes del curso. Me encontré ganando concursos de oratoria en numerosos niveles de competencia.

El siguiente  año, fui elegido presidente del club. Recientemente he sido invitado a hablar en numerosos eventos e instituciones fuera de Toastmaster y he sido elegido para puestos de liderazgo dentro de varias organizaciones comunitarias. Tengo una vida equilibrada  y continuo  desafiándome a mí mismo, mientras me convierto en la persona que siempre quise ser.

Texas,USA

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